Sobre sobrar y perder tiempo

Odio perder mi tiempo.

Odio perder mi tiempo en cosas que se escapan de mi.

Odio sentirme apartada, odio no entender y sentir que eso sólo entorpece.

Es una sensación incómoda, frustrante y molesta.

La falta de control sobre la situación, sumado al malestar físico y emocional hacen de estas instancias una de las peores cosas del mundo, desde mi punto de vista.

Si además se considera que el mundo está contra ti, que estás sola en el mundo, que nadie te sigue, que nadie te acompaña y todos son potenciales enemigos…

La situación ya no da abasto.

Voy a llorar.

 

 

Nochevieja

Es 31 de diciembre, son las 1:43 de la madrugada. Hace un buen tiempo que no escribo, creo que no he tenido la necesidad de escribir o bien, no me he sentido bien para hacerlo… Ha sido un mes de altibajos, y, como siempre, un mes muy emocional para mí.

Hoy, se trata de lo pasado. Mañana de lo que vendrá. Así que en consecuencia, haré mi «resumen anual» esta nochevieja.

Esta noche, me pone algo melancólica porque uno comienza a hacer esos repasos del año y a ver todo lo que ha pasado y con ello, se observa cómo pasa el tiempo… Pensar en el pasado siempre ha sido algo doloroso y delicado para mí. Por temas de salud, no puedo escribir mucho ni darle muchas vueltas… Tal vez mañana pueda continuar escribiendo algo más, realmente lamento esto…

Recuerdo el verano del año pasado, sin hacer mucho, con muchas tribulaciones por mi último año de universidad y con la tarea de mejorarme de mi RI. A menos de 12 meses, mi RI está mucho mejor, aunque aún tengo mucho trabajo por hacer; y mi miedo ya no es tanto, me siento bien con mi trabajo de tesis, segura de mi aprendizaje y ahora manejo las tribulaciones propias de estar terminando este período…

Ha sido un año llenísimo de aprendizajes, de gente nueva, de sentimientos nuevos y antiguos, de mucha mala suerte, de altibajos emocionales, nuevas experiencias, de peleas familiares y bienestar académico. Ha sido un año «bueno» dentro de todo, no tengo esa sensación ahogada de «oh por dios, que se acabe luego», eso es agradable, como para variar un poco.

 

Hace 6 años, un recuerdo

Hace mucho mucho tiempo que no escribo, pensé que había sido hace menos, pero al parecer nunca concreté el posteo de cuando terminé mi práctica. En fin, retomaré eso luego.


En marzo de 2012, cuando comencé mi carrera, me topé con varios ramos en los que me pidieron «presentarme». Recuerdo una ocasión en especial porque un profesor nos pidió, de forma algo más innovadora, presentarnos a través de una canción que nos representara, cualquiera y si queríamos podíamos explicar por qué, si no, bueno, se continuaba. Yo no pude decir nada, aunque tenía más o menos claro cual canción me representaba o al menos yo sentía que lo hacía.

Me marcó ese momento ya que fue el momento en que conocí a ese profesor, quien fue uno de los mejores profes que conocí durante mi camino. Fue un momento de reflexión para mí y además, marcó cómo sería él en sus clases, denotando su innovación, su interés por hacer todo más entretenido para él y para nosotros, dejando de lado el prototipo de «psicólogo comprensivo» de fachada y poniendo en práctica esa comprensión.

A menos de 2 meses de terminar mi carrera (espero), él es una de las personas que siempre estarán en mi memoria y en mi corazón, la novedad, por algo bueno y no por traumas académicos como la mayoría. Muchas gracias, jamás olvidaré su «chiste» de presentación. Muchas muchas gracias.

 

 

Look at the bright side

La verdad, es que hoy ha sido una montaña rusa de emociones… Pero estoy orgullosa de mi por una cosa al menos, logré querer cambiar el foco, logré comprometerme con algo, aunque sea por un rato y resultó bien.

Durante la mañana pasé un mal rato porque estoy tremendamente molesta con mi supervisora de tesis, su inseguridad, su miedo a que las cosas se descontrolen la hace muy susceptible a que cualquier mínimo cambio la haga explotar y, como sucede con casi todos los maestros, viven y actúan como si lo que ellos nos ayudan a hacer fuera lo único que hacemos y de ahí en adelante, nuestra vida se acaba. Además, el viernes siempre es día de «Cotilleos de prácticas» y la verdad es que como estoy viviendo momentos de mucha incertidumbre, inseguridades, competencia y algunos malos ratos en la mía -eso, sumado a que no me gusta compartir lo que hago y que no confío en nadie- obviamente no quiero hablar de eso y me incomoda que sea de lo único que hablen y/o pregunten. Por otra parte, estoy atravesada con mi otra compañera de tesis, que es bastante mitómana y desagradable, es tóxica, es una muy mala persona, pero parece ser que sólo yo lo veo y todos los demás le celebran todo como focas.

Honestamente, es agotador vivir en un mundo en el que ser bonit@ y simpátic@ lo es todo, y que DECIR que haces algo es mucho más valioso que, de hecho, hacerlo. Llevo un mes en mi práctica y ya me han quitado el mérito por un trabajo y que tiene buena proyección. Y bueno, ahora no quiero entrar en mucho detalle de estas dos mujeres porque no quiero arruinarme el ánimo.

También he vuelto con mis dudas sobre mi pareja… La verdad es que ya de plano cuando me lo preguntan mi respuesta es «no, no tengo», pero luego lo pienso y es como… «oh wait, si tengo…», por lo que me limito a decir que «»es complicado»». Porque lo es. Y de verdad estoy teniendo dudas serias, ya que es ridículo que llame a alguien «mi pareja» si la relación es más de amistad que otra cosa y que bueno, no es que yo sea una persona particularmente sexual, pero si espero algo más que que me tome de la mano o me acaricie el cabello en público (what’s that?! Si vas a tener un gesto afectivo, hazlo donde me sienta cómoda, no en la calle, sobretodo si donde me siento cómoda no lo haces, es ridículo, de verdad.).

Ya estoy bien cansada, ha sido una buena experiencia laboral al menos desde mi punto de vista, pero muchas cosas me están pasando, muchas cosas estoy sintiendo y muchas cosas estoy pensando y francamente me agota. Tengo misiones, tengo trabajo, y quiero hacer todo lo que pueda y lo mejor que pueda; pero a veces, en días como hoy no sé si lo logre y me da pena dejar las cosas así, ahora, en este mismo instante; pero en el momento, no.

Y con respecto al título… Viene de una reflexión que tuve antes de irme a trabajar mientras me aguantaba el llanto en la calle… El mundo es asqueroso, está lleno de gente que trata de sacarte provecho, está lleno de gente con malas intenciones y/o egoísta, y la verdad es que, no siendo particularmente santa, puta, trato de hacer lo mejor que puedo considerando mis limitaciones, pero es que con mi historial familiar y personal no puedo, no soy capaz de hacer caso omiso de las cosas que me pasan, de lo que me hacen y olvidarlo… Y no ver… Soy muy «judgie», soy muy sensible, intensa… Estricta…Tal vez hasta un poco rencorosa(?)… Eso lo sé, pero es que no puedo dejar pasar eso y sólo pensar en vivir en un mundo en el que todos se pasan a llevar, porque si es así… No puedo, y prefiero simplemente no vivir, no sirvo para esto. No puedo «ver el lado bueno» cuando no lo hay o cuando tengo razones para no hacerlo o cuando eso significa dejar que pisoteen a otros o a mi misma. Muchos dicen que suicidarse es «el camino fácil», no es fácil tomar una decisión así, quien lo dice es porque jamás lo ha pensado (good for them!)… Bueno, para mi, mirar el lado positivo no es un camino fácil, pero es el camino del ignorante, el que prefiere «hacerse el loco»… Y de cierta forma, dependiendo de tu propia personalidad, eso puede ser tremendamente fácil.

Un mal momento para ser yo

Desde mis días libres, la pasada semana, como que no me he sentido muy bien en el trabajo. Ni en casa, realidad…

El asunto de la RI me ha estado golpeando fuerte, me duele todo el cuerpo, no tengo ánimo, no tengo fuerza, apenas y me quiero levantar. Tengo hinchadas las pechugas y toda la zona del abdomen -y no se va con nada-. Además, estoy durmiendo muy mal y ando de mal humor por eso y porque al no descansar me duermo más temprano y al dormir más temprano pues mi tiempo libre se reduce a nada.

No me molesta trabajar, pero esta última semana me ha desmotivado bastante con el tema de que se están llevando mi crédito por algo que hice y que lo que me cuesta llevarme bien y ganarme a la gente me lo están echando por la basura por culpa de «alguien bonita». No seré bonita, no seré «mina», no seré delgada, no me maquillo y más encima el uniforme me queda pequeñísimo. ¡No tengo por donde! Además, como me han estado pasando estas cosas, cualquiera podría imaginar que claramente yo no ando con la mejor de las caras, me duele todo, estoy triste y decepcionada y, como si fuera poco, cansada (sin considerar otras patologías que tengo); entonces bueno… Tampoco he sido muy amable yo.

Para cerrar con broche de oro, ayer, que no fue un muy buen día, me cobran por un pastel que nunca me vendieron, me atienden mal, me dan un sabor de pastel que no quiero a pesar de que dije dos veces el sabor que quería y más encima no duermo bien y le contagio el mal humor a mi familia… El chico que vive acá entra a mi habitación sin permiso y toma mis cosas -yo ya lo sospechaba por un dinero que perdí-. Dios… ya quiero que todo se acabe.

Desvelado de medio año

Eran las 3:30 de la mañana del 1 de julio de 2017. Aún en período de exámenes, aún sin vislumbrar el término del semestre. De esos raros días en los que al universitario promedio se le permite dormir una razonable cantidad de horas. Pero ahí estaba, sobre su cama mirando el cielo, alternando su pensamiento sobre en cómo podría arreglar las cosas y cómo poder conciliar el sueño. Ya sin mucho más que hacer, sometiéndose a la situación con el afán de que el no poder dormir lograra frustrarlo, se incorporó en su cama, se puso sus pantuflas a mal traer y un chaleco desgarbado y se levantó, de su bolso sacó una cajetilla de cigarros y salió al balcón. Era una hermosa noche. Tal vez, no había sido tan malo no dormir -pensó-.

Buenas noches.

Ya, ¿por dónde iba?…

No he escrito desde hace un tiempo… Y han pasado varias cosas, como siempre, muchas emociones, y muuuucho que hacer, nuevas experiencias, aprendizajes, gente.

Hoy, mientras discutía sobre -algo- con una compañera de trabajo, pensé en un muy buen tema para desarrollar, lo tenía muy fresco y me pareció super interesante… Hoy me pasaron varias cosas y entre todo lo que tenía en la cabeza, lo olvidé. De verdad lo lamento… Tengo otro tema pero que prefiero escribir con más tiempo después.

 

Muriendo en capas

Estoy escribiendo esto un poco tarde, y ya sin el misma intenso sentimiento, pero con la misma convicción.

La niña que conocía, la niña que aún divaga en mis recuerdos y que pensaba aún vivía en alguna parte de mí, ha muerto. Murió la confianza en la gente, murieron las ganas de ser querida por una madre que jamás tuvo tiempo ni ganas para ella. Murieron los sueños y esperanzas de conseguir una amistad como las que se ven de las películas, incondicional, real. Murió la niña aventurera, curiosa. Murió también su temperamento inmanejable. Murieron sus ganas de conocer gente. Murió su paciencia. Murió su tranquilidad y su cariño.

Poco a poco va muriendo la joven, la joven que aún guardaba eso de la niña, mientras sufría en silencio esperando a que alguien se le acercara para hablar. Murió la joven que pensaba que iba a encontrar el amor de su vida como en una película, que podía conseguir lo que quisiera por lo que no se preocupaba mucho por el futuro, vivía poco a poco, disfrutaba lo que podía a pesar de su pena y soledad.

Ahora queda un alma seca, sin muchas esperanzas, sin muchos expectativas, angustiada por el futuro, sin vivir el presente y atormentada por el pasado. Desconfiada, triste y vacía, anhedónica, pensando en una vida adulta desoladora y aterrorizante y sin permiso de soñar, sin permiso de nada. A la cual las expectativas ajenas se la comen como termitas hambrientas.

Si esto no es el fin, no quiero seguir averiguando qué viene…

Injusticia

Hoy por la mañana pensaba en que no había escrito nada desde hace unos días… Justo ahora. lo necesito.

Yo sé que no soy una excelente alumna, yo sé que tengo limitaciones de comprensión y que no soy muy brillante, también sé que no tengo desplante escénico ni soy carismática… Pero también reconozco en mí cosas positivas, soy responsable, pongo todo mi esfuerzo y mi corazón en lo que hago, siempre. Por eso es que me da rabia ver cómo pasan cosas tan «sospechosas» y uno no tiene ningún respaldo.

Hace no mucho publiqué una carta a una persona que hasta ahora no había querido volver a enganchar porque no tenia energía y porque es tiempo perdido. Pero hoy, después de que entregara unas inexplicables calificaciones, después de 2 meses y medio, con ponderaciones caprichosas y que no haya calificado otro tipo de actividades, con inexistente rubrica para una presentación para mañana con directrices aún difusas.

Yo sé que no merecía una calificación perfecta. Pero tampoco la que obtuve, tampoco otros…

No voy a repetir el discurso, no voy a perder más tiempo en ello… Sólo añadiré:

Eres un pobre y miserable hombre, eres tan frágil y desagraciado que hasta me da pena odiarte… Es más, ni siquiera perderé algo de mi energía en ello. Pero eres una asquerosa persona, insignificante, malvada, egoísta y tóxica persona. Te mereces lo que tienes, incluso está demás.

Cambio y fuera.

A veces mal, otras veces peor

He tenido días complicados, a lo mejor no es nada muy alejado de la realidad de cualquier universitario en estas fechas, pero emocionalmente me he sentido devastada.

Hace años, tuve momentos muy críticos en mi vida. No pensaba en el futuro, no pensaba en nada mucho más allá de unas semanas o meses, no era un tema, y si aparecía, decía cualquier cosa… Como «ser astronauta», sin pensar en ello realmente. Pero eso no es lo crítico. Lloraba días y noches casi todos los fines de semana, en la semana también tenía momentos bajos por la noche, sufría mucho, estaba llena de pensamientos negativos e incluso pensaba en cómo matar a mi hermana para calmarme tras alguna pelea. Los pensamientos -y ejecuciones- suicidas no son un secreto para este medio. También ellos estaban ahí. Fueron tiempos muy muy bajos y oscuros. Los pasé sola, poco a poco fui tratando de emerger, de hacer algo, de no quedarme ahí. Las cosas comenzaron a salir un poco mejor… Aún me sentía mal, me sentía gorda y fea… Tenía mis atracones de comida (hablo de 20-30k en comida que me comía en una tarde o menos), pero pese a eso, estaba muchísimo mejor. Sip, estuve muy mal.

Pero, ¿a qué viene todo esto?

Este año quería hacer un cambio, no lo pensé mucho, sólo lo hice. Cambié mi alimentación, traté de mantener mejor las relaciones con mi familia, enfocarme mucho en la universidad. La universidad me está matando, prácticamente literalmente. Rompí mi racha, subí de peso, me volví a sentir muy mal por el asunto de la R. I. y no conforme con eso, estoy muy ansiosa, nerviosa, asustada, cansada, con sinusitis y resfriada.  Es 18 de julio, el 14 ya debería haberlo terminado todo, a más tardar. Aquí estoy aún sin proyecto de práctica, teniendo diversos problemas con eso, aún con la incertidumbre de unos de los electivos y habiendo teniendo un triste desempeño en el otro electivo por culpa de 3ros.

Estoy metida en una práctica de mierda, cuyo único beneficio es que me pagan. Mi novia, que me metió en eso, se fue, y se encontró una práctica soñada para mí. Pero ahí estoy yo «en la peor práctica», con el «peor supervisor», la única que se quedó y la que a estas alturas debe ser la más atrasada.

Estoy cansada de que las cosas me salgan mal, no importa cuánto me esfuerce, cuánto quiera hacer las cosas bien, siempre hay algo o alguien que me arrastra… O yo misma… Habiendo gente en el mundo que nunca hace nada, y todo le sale bien. Bueno, para equilibrar el universo, está la gente como yo, que o todo le sale mal o todo le sale peor…

Bueno, aquí el punto, ayer tuve un colapso nervioso y no pude evitar estallar en clases… Mientras me atormentaba la idea de de que mi práctica era pésima, de que «yo no me apegaba a mis decisiones», de que mi desempeño en la presentación fue pésimo, de que soy la rarita, luchando con el dolor, pensando en que no podía huir, no puedo huir… Y recordando, recordando que hacían años que no me sentía como me he sentido últimamente. A mí volvieron esas sensaciones de vacío, dolor y oscuridad por las que tanto pasé hace 10 años…

Me frustra que cuando piense en terminar todo esto, no puede dejar de considerar al resto… Ayer caminé, caminé un buen rato esperando despejarme. Algo así como que lo logré, en ese momento, me descargué, lloré. Pero la soledad y todo lo que siento no se van, es más, me alcanza la agonía y el pavor. Y la verdad es que me siento mal, no puedo describirlo, alrededor mío sólo veo que a todos les va bien, veo que no soy relevante, que soy sólo algo más en el escenario cuanto mucho. Deseo que algo me mate, que algo acabe con esta constante agonía. ¿Qué sentido tiene vivir así? ¿Que la vida es bella? No es un motivo para mi, es egoísta y superficial… Me gustaría poder…. hablar algo más, pero siento que si lo hago me desmoronaré y no estoy en un lugar seguro ahora.

No importa lo que haga, cuánto me esfuerce, si adelgazo, si me corto el cabello, si me visto bien… Tampoco importa si tengo dinero, porque NADA vale la pena en mi vida…